Taj y Aliya se dirigen hacia el oeste escapando de Karima y sus «inisisa». En el camino se encontrarán a Arzu, quien logró escapar milagrosamente y se dirigirán hacia la tierra de su madre. La tierra en donde los aki son admirados y llamados «tastahlik». En esa tierra Taj verá que su poder puede ser utilizado de dos diferentes maneras: la primera es sanando los pecados para convertirse en un «Larada» y la segunda es luchando contra los pecados para convertirse en un «Onija».
Sólo mejorando sus habilidades podrá regresar a Kos a ayudar a su gente y a derrotar a Karima, pero no tiene mucho tiempo, la reina lo está buscando y pretende enviar a Bo, el ex mejor amigo de Taj, a traerlo de vuelta destruyendo todo a su paso.
Taj sigue sin ser de mis personajes favoritos, pero me pareció más agradable e interesante en este libro.
Me había quedado queriendo leer más sobre los «arashi», monstruos ancestrales que siembran caos donde sea que aparecen, y afortunadamente en este libro son muy importantes y se sabe más sobre ellos. Son muy poderosos.
La transformación de Aliya me gustó, siempre me pareció muy inteligente, ávida de conocimiento y sin miedo a lo desconocido.
Tengo entendido que la historia de Taj es una duología. Me hubiese gustado saber qué pasaría después del final de «Corona de Trueno»; puesto que considero que es una historia original, interesante, emocionante, con aspectos espirituales y que debe ser recomendada, pero al parecer llegó a su final.
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