Taj vive en el reino de Kos. Un reino en el que los que son como él son tratados como si no valieran, a pesar de que hacen un trabajo muy difícil e importante, son los «aki» o devoradores de pecados y mantienen pura a la familia real.
Cada pecado o «inisisa» es conjurado por un mago y toma la forma de alguna bestia. Al ser devorado, se convierte en un tatuaje, en el cuerpo del aki, que con el tiempo desaparece. Taj tiene demasiados tatuajes y nunca desaparecen. Los demás lo llaman «Puño del Cielo» o «Portador de Luz» porque es el mejor en su trabajo.
Después de devorar un pecado del rey Kolade con forma de dragón, Taj se verá envuelto en conspiraciones y deberá elegir el mejor bando basándose en sus principios.
Me parece que es un buen inicio de una serie original. Creo que puede ser una gran historia.
Taj no es de mis personajes favoritos, quizá mi percepción de él mejore al leer la continuación de la historia. Espero que los «arashi» hagan más apariciones y que Taj aproveche su gran poder para realmente ayudar a los suyos. Me alegra que cuente con Aliya y Arzu.
Me agradó la idea, de la princesa Karima, de que cada quien debería cargar con sus propias culpas. Era demasiado para los aki, sentían la culpa por todos los pecados y además, eran mal pagados y maltratados. Los miembros de la familia real eran unos grandes hipócritas aparentando ser muy puros, pero eran los que peores pecados cometían.
Me pareció interesante que el conocimiento fuese considerado adecuado para sólo unos cuantos y que los libros fuesen mercancías prohibidas. Me recordó a la época del oscurantismo.
Sí recomiendo este libro. Leeré la continuación de la historia.
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