Segundo libro de la trilogía de la Escolomancia.
Es el año de graduación de El y Orion. La terrible graduación de la que solo unos salen.
Todos esperan que el arreglo al sistema de limpieza, que realizaron en el libro anterior, siga manteniéndose y que los “Mals” del Salón de Grados hayan disminuido considerablemente. Aún así deben entrenar para salir.
Por otro lado, el horario de clases de El es muy sospechoso y parece que la Escolomancia tiene algo en su contra.
Y, en el caso de Orion, está teniendo dificultades para encontrar “Mals” y poder extraer maná, lo que lo está volviendo más extraño de lo normal.
Por último, algunos Enclaves han sido atacados y los líderes se encuentran en tensión.
Como el primero, disfruté mucho este libro, y al terminar me seguí con el tercero. Además que el final de este te deja en un suspenso terrible.
Me gusta la relación que se da entre El y Orion. Y la historia, en general, me atrapó. He de confesar que en algunas ocasiones me sentía medio agobiada porque salía mucha información extra y me tardaba en llegar a lo que quería leer (también me pasó con el primero), pero de todas maneras me gustaron mucho los libros.
Me pareció que en este libro Orion pasó a un plano lejano al primero y me hubiese gustado que apareciera más.
De cualquier manera, me parece una gran historia, con personajes memorables, un fondo interesante y me gusta recordarla aunque ya no la esté leyendo.
Y me gustó que El encontrara un libro muy importante y poderoso. Me gustan los libros con esas características.
Pienso que la trilogía se convertirá en una de mis favoritas.
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