La trilogía trata de una chica llamada Gwendolyn que posee el don de viajar en el tiempo. Se suponía que su prima era quien debía tener el don; pero no fue así. Junto con Gideon, otro viajero del tiempo, Gwendolyn tiene que juntar un poco de la sangre de cada viajero, que ha existido, en un artefacto llamado cronógrafo. Afortunadamente, sólo son trece viajeros contándolos a ellos y cada uno tiene el nombre de una piedra preciosa. Gwendolyn es el Rubí.
Para realizar esta tarea tiene que resolver el misterio de para qué quieren usar, verdaderamente, el cronógrafo. Se va a encontrar con sorpresas y con numerosos retos en los que no sabe quiénes son las personas en las que puede confiar.
Me gusta que la trilogía hable de viajes en el tiempo y que Gwendolyn y Gideon deban vestirse como en la época a la que van a viajar. Que hubiera un grupo secreto encargado del cronógrafo y del entrenamiento de los viajeros me parece muy interesante y adecuado. Me divertí bastante al leer esta trilogía; pero no me llevé sorpresas con la trama.
No me gustó que Gwendolyn sea tonta y que no le interese dejar de serlo. Será valiente y con suerte; pero me desagrada su poco interés por dejar de ser algo tontita. Sin embargo, la historia es buena.
Deja una respuesta