Audrey Rose no es una chica normal para su época. A diferencia de las demás, ella está interesada en la ciencia y no le afecta ver cadáveres, de hecho realiza autopsias bajo la tutela de su tío.
Un día, conoce a otro alumno de su tío, Thomas Cresswell, un joven atractivo pero prepotente, inteligente y algo oscuro. Hay algo en él que atrae y a la vez repele a Audrey Rose. Él, por su parte, parece estar interesado en ella.
Mientras ellos aprenden en el laboratorio, un asesino comienza a hacerse presente en East End, mata mujeres de manera sangrienta y sabe ocultarse bien.
Ambos se interesan en los asesinatos y desean averiguar la identidad del asesino, por lo tanto, comienzan a investigar. Puede que lo que averigüen sea doloroso para Audrey Rose, parece ser que el asesino es alguien cercano a ella, pero ¿quién?.
Este libro me pareció emocionante y bien documentado. Sus personajes son interesantes. Audrey Rose es una chica que, como dice que su mamá le decía, era bella y a la vez valiente, muy segura de sí misma e inteligente. Cometía errores, como todo el mundo, pero la mayoría del tiempo hacía las cosas bien. Thomas podía llegar a ser odioso al creerse grandioso, pero tenía su encanto; además de que en el fondo era un chico noble. Y, en mi opinión, hacían muy buen equipo.
Me gustó que la historia me envolvió e hizo que intentara descubrir la identidad de Jack. Hubo momentos en que sospeché de la persona que resulta ser Jack y no me sorprendió tanto que lo fuera, lo que sí me sorprendió y no me gustó fue su motivo para cometer los crímenes.
Y confieso que no entendí por qué Audrey Rose detestaba, desde el principio, a Blackburn.
En general, me parece una novela muy recomendable y disfruté mucho leerla.
Ya tengo el siguiente libro de la serie. Próximamente lo leeré y reseñaré.
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