Miembros de la comunidad artística de Nueva York están siendo asesinados de distintas maneras y sus cuerpos son expuestos como copias de cuadros de artistas famosos de distintas épocas.
Kate McKinnon, ex policía, actualmente miembro de esa comunidad artística, se ve envuelta en estos asesinatos debido a que la primera víctima es Elena Solana, quien ella consideraba como su hija. A partir de ese momento, ella contribuirá con la policía.
El asesino, conocido como «El Artista de la Muerte», tiene claros conocimientos de arte, es muy ordenado y no deja huellas en las escenas del crimen. Manda pistas a Kate, con quien está obsesionado, y quien parece ser su último objetivo, su obra maestra.
Me agradó este libro, es emocionante, mantuvo mi atención en todo momento y me gustaron las explicaciones y la historia del arte que se va mencionando.
Kate es un personaje que me gusta porque es inteligente, valiente, femenina y fuerte. Siente miedo, pero sigue adelante.
Si se tardó en interpretar algunas de las pistas que recibía, pero me gustó como se desarrolló la historia.
Pienso que, al final, la policía, el FBI y SWAT tardaron demasiado en desplegarse. Sé que en la vida real no es así afortunadamente.
Por último, no me imaginaba la identidad del «Artista de la Muerte». Fue una sorpresa.
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