Camille Preaker es una reportera que recién salió de una breve estadía en un hospital psiquiátrico. Le asignan un reportaje acerca del asesinato de dos chicas en su ciudad natal, lo que no la hace nada feliz ya que la relación con su madre no es buena y apenas si ha hablado con su media hermana adolescente, por lo tanto, Camille no desea regresar a su ciudad. Sin embargo, vuelve y se queda en su antigua casa y en su antiguo cuarto, lo que la hará recordar algunos sucesos de su infeliz infancia. Va a tener que descubrir quién es el asesino y va a tener que aguantar todos los problemas familiares que siguen existiendo en su casa.
Todos los personajes en esta novela están, verdaderamente, perturbados. Todos tienen serios problemas psicológicos. Camille tiene un gran problema con los objetos punzocortantes, averiguarán de qué se trata al leer la novela, y tiene muchas inseguridades ocasionadas por la relación con su madre y su locura. Su media hermana está loca también y es el personaje que más me desagradó. Toda la parte psicológica de los personajes está muy bien descrita y es lo principal en este libro.
El final no es sorprendente y, sinceramente, no me gustó mucho este libro porque no hay un sólo personaje que no esté loco y la parte de misterio no me pareció buena. Recomiendo este libro si deseas leer acerca de una familia muy disfuncional y todos los problemas psicológicos que tienen o que algunas otras personas podrían desarrollar viviendo en un ambiente tal.
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