Por fin leí el final de esta emocionante trilogía donde los dioses de los cuatro vientos, Eurus, Cirrus, Fors y Sud tienen un papel fundamental. La historia de su creación y de cómo Fors y Sud les otorgaron poderes a los Sangre de Hielo y a los Sangre de Fuego me gustó mucho.
Después de la pelea en el salón del trono de fuego, Eurus planea liberar a todos sus Minax del Obscurum para que consuman los espíritus de toda la humanidad. También desea que Ruby acepte que es una creación suya y que su lugar es en el trono oscuro.
Sin embargo, Ruby, Arcus y Kai están decididos a impedir que Eurus logre sus propósitos. Para esto tienen que descubrir donde está ubicada la puerta hacia el Obscurum y tienen que convencer a la corte de Tempesia de que los Minax son una amenaza verdadera, para así poder contar con el ejército de los Sangre de Hielo y juntarlo con el ejército de los Sangre de Fuego de la reina Nalani.
Por otro lado, Ruby está sintiendo los efectos dañinos del Minax que hospeda en su cuerpo. Podrá resistirse al poder que le otorga este ser de oscuridad?
Considero que es un excelente final para la trilogía. Sus momentos altamente dramáticos le dieron un toque especial.
Me agrada cuando un libro me hace sentirme identificada, de cierta forma, con los personajes y cuando me hace sentir como si yo estuviese viviendo las mismas situaciones.
Ruby y Arcus se complementan a la perfección. Son una de mis parejas literarias favoritas.
Recomiendo mucho esta serie. Es muy divertida y emocionante, atrapa la atención del lector en todo momento y plantea un mundo interesante con variedad de personajes.
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