Este es otro título donde Poirot se encarga de un caso de asesinato.
El maravilloso detective recibe una extraña carta de la Srita. Emily Arundell que lo lleva a iniciar una investigación donde descubre que la remitente murió hace unos meses, que había dejado una gran herencia y que su testamento dejaba como heredera a alguien no esperado.
Acompañado de su buen amigo Hastings va encontrando situaciones muy sospechosas y a varios posibles asesinos.
Me gusta mucho como escribía Agatha Christie. Sus historias siempre me ponen a pensar y las disfruto mucho.
Esta me llamó la atención porque leí que salía un perrito y sí, el pobre de Bob es culpado del accidente que da origen a todo. Y en varias escenas vuelve a salir.
Hablando de culpables, debo decir que esta vez no me gustó la identidad del asesino, pero sí me atraparon la investigación y todos los razonamientos de Poirot.
Todos los posibles sospechosos eran desagradables, unos en mayor medida que otros. Sobretodo los hermanos Arundell y la pareja Tanios.
Bueno, este libro no es de mis favoritos, pero fue interesante leerlo.
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