Parte de la serie en la que Hércules Poirot, el maravilloso detective, analiza un crimen y descubre al que lo cometió.
Esta vez nos encontramos con que la víctima es la Sra. Boynton, una señora altamente dominante, controladora y malvada. Ha tenido poder sobre sus hijastros y su hija todo el tiempo. Goza al no permitirles hacer algo que desean, provocarlos y mantenerlos lejos de la sociedad.
Durante un raro viaje familiar a Jerusalén y Petra, Carol y Raymond Boynton deciden que su situación no es sana y llegan a la conclusión de que estarían mejor si su madrastra estuviese muerta. Ellos no son los únicos que opinan lo mismo, poco a poco, se suman más sospechosos a la historia; por ejemplo, la Srita. King, quien se ha enamorado de Raymond, pero sabe que estar juntos será imposible mientras que su madrastra siga viva o Nadine, la esposa de Lennox, otro de los hijastros, a quien su suegra le ha intentado hacer la vida imposible.
Los Boynton son una familia peculiar e infeliz. Cualquiera podría ser el culpable de la muerte de la malvada madre. Poirot, en un día, entrevista a todos los que estuvieron cerca de la víctima el día de su muerte y, siendo tan astuto como siempre, descubre al asesino.
Me pareció una muy interesante novela con muchos sospechosos y una víctima nefasta, que, en mi opinión, merecía morir porque sólo hacía daño. No me imaginaba la identidad del asesino y me alegró que haya resultado ser esa persona. Poirot me sorprendió con sus habilidades de investigación.
La historia me mantuvo en suspenso todo el tiempo y me agradó que los Boynton si resultaran ser una familia unida al final.
Muy recomendable.
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