Este libro está ambientado en la época de Sor Juana Inés de la Cruz. Ella no es la protagonista, pero es de los personajes principales junto con Alina y Matea, quienes llegan al convento de San Jerónimo, la primera para convertirse en monja y la segunda como su criada.
Juntas se encargan de investigar tres asesinatos que han ocurrido en el convento y que parecen ser rituales indígenas. Sumado a esto algunas de las monjas dicen haber visto al demonio rondando el lugar.
Creo que el autor hizo un buen trabajo con la ambientación de su libro. Retrató la discriminación de los españoles hacia otras razas, especialmente negros e indígenas, y la manera de llevar los asuntos por parte de la Iglesia. También como las mujeres eran consideradas el sexo débil y menos inteligentes que los hombres.
Afortunadamente, nuestras protagonistas eran muy inteligentes y hacían un gran equipo. Cada una tenía aspectos que aportar.
No me imaginaba la identidad de la asesina (todas las opciones eran mujeres). Sospechaba de otras personas, pero me pareció interesante que la asesina resultara ser esa persona.
Sor Encarnación y Sor Quintina me daban grima, el padre Ñúñez me pareció repulsivo y los inquisidores eran muy desagradables; me dio gusto que Sor Juana les hiciera frente.
Me agradó que hablara en verso de vez en cuando, a veces en momentos nada oportunos.
Voy a leer el siguiente libro. Denle una oportunidad a este título, podrían disfrutarlo porque es ameno, tiene partes emocionantes, otras intrigantes y otras divertidas.
Por último quiero decir que se me antojó el chocolate ya que lo tomaban todo el tiempo.
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