Dee Sleign es una historiadora de arte que escoge el tema «La relación entre las drogas y el arte» para su tesis. Su novio Mike la encamina con un viejo que conoció a varios artistas y que puede compartir sus experiencias con ella. Platicando con él, le menciona la existencia de un cuadro desconocido de Modigliani que podría estar en un pueblo italiano. Dee emprende la búsqueda del cuadro pensando en todo lo beneficioso que sería para su tesis encontrarlo y lo que podría obtener al venderlo.
No pudiendo contener su alegría, le envía una postal a su tío Charles, quien es dueño de una galería de arte. Él se interesa instantáneamente en el cuadro y, sin avisar a Dee, comienza a buscarlo también.
El tío Charles no será el único interesado en el cuadro aparte de Dee. Mediante otra postal, accidentalmente vista por Julian Black, un joven que va a inaugurar su galería de arte, se agrega otro interesado a la búsqueda.
Mientras tanto, en Londres, se está fraguando un gran engaño en contra de varias galerías de arte.
Me pareció una novela fácil de leer y entretenida. Uno de sus argumentos es interesante; es cierto que las obras de un artista adquieren mayor valor después de muerto y es posible que mientras estaba vivo nadie lo reconociera. Las galerías de arte son quienes se quedan con los millones que el artista pudo haber necesitado en vida y que merecía ganar.
Y estoy de acuerdo con lo que menciona el autor en su introducción. Hay muchos factores externos que determinan nuestro destino y que no podemos controlar. Él quería dar a entender algo al escribir el libro y resultó que los demás no lo entendieron así. Al principio le pareció un fracaso, pero después se dio cuenta de que eso había servido para comprobar lo que él pensaba.
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