Alexandra tiene una vida complicada, es esquizofrénica y aun con medicación hay ocasiones en las que no distingue entre realidad y alucinación. Sus grandes ayudas son su cámara (le toma foto a todo) y una bola 8 mágica.
Está intentando adaptarse a una nueva escuela después de haber sido expulsada de su escuela anterior debido a un incidente ocasionado por la esquizofrenia.
En la nueva escuela, Miles Richter, un chico que podría ser alguien que conoció, o quizá alucinó, cuando era pequeña le llama la atención. Miles es extraño y todo el mundo le teme, pero Alex no es como todo el mundo, además parece que a él también comienza a llamarle la atención ella.
Aparte de Miles, Alex se encuentra con chicas y chicos desagradables, en especial Celia Hendricks quien está enamorada de Miles sin ser correspondida y Clifford Ackerley que es el clásico bravucón.
¿Podrá Alex tener una vida normal en su escuela y percibir cuando algo no es real o volverá a tener problemas?
Me pareció una historia agradable, bastante divertida, con uno que otro toque triste y con personajes y trama interesantes.
Me gustó que tuviese algo de intriga en la cuestión de la historia del marcador y la relación extraña entre Celia y el director de la escuela, que claramente no estaba muy cuerdo. También me gustó el final, aunque un poco antes la situación se haya puesto muy complicada y triste.
Me agradó la manera de escribir de la autora. Es probable que busque más de sus libros y recomiendo este bonito libro.
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