Esta es una bella historia sobre una niña, de 11 años, llamada Finley que es enviada a casa de sus abuelos, a quienes muy extrañamente no conoce, a pasar el verano porque sus papás están teniendo problemas e intentarán arreglarlos.
En casa de los abuelos Hart, conoce al resto de su bonita familia, con quienes no se identifica tanto. Y gracias a sus escapadas al Everwood, un bosque de su creación que proyecta en el bosque fuera de casa de sus abuelos revelará un turbio secreto.
Me gustó que Fin fuese tan creativa e inteligente y que tuviese una vida alterna al escribir.
Al principio pensé que sus «blue days» se debían a algo mágico, pero cuando me di cuenta de lo que eran pensé —es muy joven para tener días así, pobre—.
Me gustó el final, me gustó la bonita relación familiar que se da entre Fin y sus primos, y me gustó la valentía de todos, incluyendo a los Bailey.
La abuela Hart fue el personaje que menos me gustó y que pusiera a sus nietos a limpiar su casa no fue agradable. Si yo fuese su nieta no iría a visitarla. Además de que, junto con su marido, resultó ser hipócrita.
También pienso que las tres tías de Fin realmente nunca se independizaron, todo el tiempo hacían lo que decía su mamá. Me dio gusto que los nietos fueran los que pensaran más.
Y en cuanto al secreto pienso que era algo muy fuerte y los culpables sí debían haber sido castigados.
Bueno, recomiendo este libro. Lo disfruté mucho.
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