Último libro en la trilogía de Rowan y Orion.
Rowan está decidida a quitarle la corona a Orion y convertirse en Reina para evitar una guerra entre demonios y mortales. Debe encontrar la manera de presentarse en la Ciudad y lograr su objetivo evitando que Orion vuelva a prohibirle la entrada.
Afortunadamente, su amiga Shai y algunos demonios han decidido ayudarla, pero al parecer alguno de ellos no es de fiar.
Un muy buen final para esta trilogía, que al principio no me gustaba, pero fue mejorando con el segundo libro.
Me gustaron las competencias por la corona y todo el desenlace. También el poder de los “Lightbringers” y toda la cuestión de la magia.
He de confesar que ya descubrí que las escenas eróticas, que abarcan muchos capítulos, me desesperan. Creo que por eso no me gustó tanto el primer libro, pero el resto de la historia sí me gustó, aunque también tenga su erotismo.
Hubieron algunas situaciones en las que yo esperaba diferentes reacciones, por lo tanto me parecieron extrañas, pero en general, los últimos dos libros los disfruté bastante. Y puedo recomendar esta trilogía. Si hubiese más libros, me gustaría leerlos.
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