Esta historia transcurre durante toda la II Guerra Mundial.
Marie-Laure LeBlanc es una niña francesa, que ama leer y que se queda ciega debido a una enfermedad. Ella vive en París con su padre, quien trabaja como cerrajero mayor en el Museo Nacional de Historia Natural. Durante una excursión por el museo, Marie-Laure oye hablar del «Mar de Llamas», un diamante legendario que vuelve inmortal a quien lo posee, pero trae desgracias sobre todos los que lo rodean. Al tener que escapar de París, a su padre le encargan llevar consigo algo secreto e importante que no debe ser encontrado por los alemanes.
Werner Pfennig es un niño muy inteligente alemán que vive en un orfanato con su hermana Jutta. Sus ganas de aprender y sus grandes habilidades lo llevan a ser aceptado en una escuela del ejército y, posteriormente, a participar en la guerra.
Los caminos de Marie-Laure y Werner se unirán en Saint-Malo. Ambos sufrirán las consecuencias de la guerra, tendrán que adaptarse para sobrevivir, conocerán nuevos personajes que se volverán importantes en sus vidas, y tendrán en sus manos el legendario «Mar de Llamas», pero no sucumbirán ante la ambición.
Considero que es una historia inolvidable que me dejó pensando en ella mucho tiempo después de terminarla. Me parece que está escrita de una manera emocional, conmovedora y realista.
Me encantó que Marie leyera «Veinte mil leguas de viaje submarino» de Julio Verne, que fuese tan curiosa e inteligente y que su papá le hiciera maquetas tan detalladas gracias a las cuales ella se movía sin problemas por los lugares. También, que Werner fuera tan hábil para crear y arreglar aparatos y que conociera al bueno de Frederick.
Este libro me ponía triste y feliz al mismo tiempo. Triste por todas las atrocidades que se cometieron durante la guerra y feliz porque los personajes no perdían la fe ni la esperanza.
Sin duda, es un libro excelente y lo recomiendo totalmente. Léanlo!
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